Hace unos días recibí tres llamadas de un número telefónico local a mi celular. La verdad es que nunca contesto números desconocidos que inicien en 55 o en 52 porque la mayoría de las veces son de bancos buscando a personas que dieron un número telefónico al azar para zafarse de las molestas llamadas cuando tienen un adeudo.
Aunque las tres llamadas eran de números diferentes, decidí contestar, tal vez era algo de trabajo o cualquier cosa. Al tomar cualquier llamada siempre dejo que la otra persona emita la primer palabra para después saludar con un “Hola qué tal” o un “quién habla perdón”.
La chica se presentó muy amable con nombre y apellido, dijo ser ejecutivo de Bancomer y que se ponía en contacto conmigo debido a que tenían registrado un seguro de 50 pesos mensuales que yo no había solicitado, que querían reembolsarme el monto pues ya había pasado más de un año y apenas se habían percatado que yo no lo solicité. Después me dijo es usted “fulanito de tal” (mi nombre completo) y le dije al momento “¿Qué se le ofrece?”.
A estas alturas, yo ya desconfiaba de ella totalmente por tres razones: primero, los bancos contratan call centers y jamás se presentan como “ejecutivos”; segundo, me dio el motivo de la llamada sin antes confirmar con quién estaba hablando, y por último, eran tres números locales de los que me habían marcado. Habrá quien diga que tienen un sistema que les arroja números telefónicos aleatorios y ahora son locales para que el usuario conteste, etc.
Bueno, después de mi pregunta ella procedió a decirme “lo único que necesitamos para reembolsarle el dinero de su seguro es su número de cuenta y que nos confirme datos personales que le diremos a continuación”. Mi respuesta fue “Dime…”. Total, nunca les suelto un “sí” pues hay muchos que se dedican a estafar y graban las respuestas como esta afirmación pues cuando roban tu identidad y hacen contratos de servicio telefónicamente las empresas te piden confirmar para grabar y tener un supuesto “contrato en audio”. Ojo, también los bancos o empresas graban tus respuestas y muchas veces aunque les digas que no quieres el servicio, usan eso para escudarse y decir que tú les diste autorización. Ya me pasó.
La chica me dio santo y seña míos: fecha de nacimiento, dirección, teléfono, etc. Sin embargo, cuando me dijo “le daré su número de cuenta para que me lo confirme: es el 51523…” y se detuvo, como esperando a que yo continuara con él para así obtener el número de plástico de mi tarjeta. Fue en ese momento cuando dije “esto es una estafa”. Ojo, tú número de cuenta jamás será el mismo de tu número de plástico, es decir, el número que aparece en tu tarjeta. Acto seguido, le colgué.
Lo siguiente que pasó es que me dirigí al banco porque pensé que quizás yo estaba exagerando con mis suposiciones y efectivamente sí había un dinerito extra para mí ahí. Pero también tenía doble motivo, días antes de esto ya había fallado mi tarjeta, no pasaba en las tiendas porque no leía el chip. Así que dije, de no ser cierto por lo menos reemplazo mi plástico.
Dicho y hecho, era una completa y vil estafa. Lo supe cuando la ejecutivo del banco me miró con una curvatura disimulada en sus labios y casi al momento que me quería interrumpir me anticipé a decirle “NO LE DI NINGÚN DATO”. Lo que sí me sorprendió fue que habían ido muchas personas en los últimos días a ver por qué no se les había hecho la bonificación. Lo único que les puedo decir es que por más real y necesitados que estén de un dinero que piensan van a recuperar, no den ningún dato de sus tarjetas, no den respuestas como “Sí”, “OK” o “acepto”.
Si se preguntan de dónde sacan los datos estas personas, les puedo decir que es de los recibos de teléfono, luz, agua, etc que llegan a su domicilio y que, muchas veces, no encontramos porque creemos que “se los llevó el viento”.
En mi caso, lo que hice fue denunciar el hecho en Twitter al banco, me pidió los números telefónicos de los que me habían hablado y acto seguido el banco los reportó. Pero también les puedo decir que una sugerencia para tener un mayor control de sus datos, al menos en cuanto a sus recibos refiere, es que pidan que sus recibos de agua, luz, teléfono, plan de telefonía celular, etcétera, les lleguen vía e-mail.
No se dejen estafar, estas personas pueden variar el motivo por el cual desean reembolsarles el dinero: va desde un seguro que no pidieron hasta consultar o compra de pornografía en internet.
*Licenciado en Lingüística. Productor de Noticias de ZER Informativo Colima, director general de información de El Centinela MX, colaborador de la revista Vida & Mujer, Colima XXI y El Comentario Semanal. Envíame tus comentarios a fernando_castillo@ucol.mx.
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