A veces no hay nada qué decir y aunque griten desesperadas las palabras, sin la inspiración necesaria, no sirven en absoluto..
No recuerdo la primera vez que escribí, siempre he sentido la necesidad de hacerlo. Hay muchas historias que se entretejen en mi cabeza, pero muy pocas logran escapar y filtrarse en el universo. Al principio todo se quedaba en mis cuadernos, entre notas de clases y garabatos que se enpolvan almacenados en una repisa.
¿Por qué?
No hay mucho que puedas saber de mí. Añoro aquellos años que no viví, no extraño lo que estoy viviendo y jamás me he sentido inmerso en el tiempo que me rodea. Aún me falta descubrir por qué se extraña aquello que nunca has tenido.
Estas son mis Palabras Prohibidas, unas son sólo reminiscencias y otras Confesiones de Medianoche que tal vez jamás pueda expresar frente a frente.
Para mí, son una puerta o una ventana con la que puedo conectar mis sentimientos a las emociones de las demás personas.
Espero encuentres la luz y el horizonte de todo aquello que soy, todo aquello que fui y todo aquello que tal vez jamás seré.
Qué dice la gente
«Se agradece el articulo, me saco de mi pseudodepresión laboral de hoy. Muchas gracias y continúen con su muy buen aporte«
Rodolfo
Gracias, no conocía la historia ni al personaje. Muy interesante la vida de Zelda. Tampoco había escuchado el término de flapper. Saludos!!!
Gilberto
Escribir a veces no es un proceso fácil. Tienes la “inspiración”, pero a veces cuesta buscar las palabras…
Kamx