Sociedad fuera de control

Vemos con descontento las manifestaciones sociales de maestros y otros grupos, denominados “anárquicos”. Les pregunto, ¿Saben acaso qué es la anarquía? es la ausencia total de estructura gubernamental en un Estado. Algo que no existe en México, hasta ahorita. Sin embargo, hay un tema de trasfondo que no ve la mayoría de la sociedad, que contrapuesta en comentarios por los ataques de ciertos grupos de maestros, que exigen sus derechos, deja mucho que decir de nuestra forma de razonar.

Sé que han visto a policías heridos y maestros que desaparecieron de la faz de la tierra. Esto sólo significa una cosa: la sociedad está despertando nuevamente y afecta directamente los intereses de riqueza y poder de la élite política y gente que patrocina sus campañas.

Estas luchas interminables son sólo el reflejo de una sociedad que vive de forma desigual económicamente. Los políticos de mí país, es decir, de nuestro país, juran que están buscando terminar con la desigualdad social. Sí, de acuerdo a sus programas sociales, generan estrategias que pilotean en el estado de Colima -por su tamaño y facilidad para arrojar resultados casi inmediatos-. Sin embargo, muchas de ellas -por no decir todas- son erróneas, mal aplicadas y sólo crecen las desigualdades entre la sociedad.

La desigualdad en su mayoría proviene de las súper riquezas o los súper ricos -élite política en nuestro país, la mayoría de los casos-. Literalmente, El 0.12% de súper ricos se acerca al 50% de la riqueza neta individual disponible en todos los hogares mexicanos. Si en Estados Unidos el 1% acapara el 42% de la riqueza total, en México el 0.1% amasa una proporción similar. Esto genera consecuencias negativas en nuestra sociedad, es decir, tiene un efecto corrosivo sobre la democracia que en teoría deberíamos tener. Tal sólo veamos los casos de los llamados “Lords” y las “ladies” que, por su dinero –en la mayoría de los casos- tratan de pisotear al vulgo.

Pero no debería de extrañarnos estas constantes desigualdades que existen en nuestra sociedad, porque está marcada desde nuestra Constitución. Es necesario sólo analizar que nuestra Constitución es una copia barata de la de Estados Unidos.

Hay que ver nada más que a lo largo de la historia estadounidense, siempre ha existido un choque constante entre la presión para una mayor libertad. Por una parte, los estratos más bajos exigen democracia, pero siempre ha habido esfuerzos para mantener el control y dominación desde la élite. Desde la fundación de Estados Unidos, el político James Madison –principal redactor de la Constitución, era ferviente de la democracia. Pero también tenía el presentimiento de que el sistema debía ser diseñado de tal manera que el poder se mantuviera en manos de los ricos –denle las gracias, por favor-. ¿A qué se debe esto? Sencillo, los ricos son el grupo más “responsable”, por lo tanto se colocó más poder en las manos del Senado.

Pero, ¿Por qué buscan evitar la democracia? Supongamos que todos los estratos bajos -con derecho a votar actualmente- se unen para eliminar a los súper ricos o las súper riquezas al poder. La Constitución está diseñada para evitar esto y lo que busca es reducir la desigualdad –entre los de abajo- para evitar problemas pero también evitar la democracia, por aquello del “no sabe uno”.

Ejemplos hemos visto muchos, como la Primavera Árabe: manifestaciones populares en clamor de la democracia y los derechos sociales, organizada por la población árabe. Son sectores de la población que solían ser pasivos y apáticos, y que se organizaron para exigir reivindicaciones. Se involucran cada vez más en la toma de decisiones y se volvieron más activos… ¡Bum! Despertaron.

Otros ejemplos claros son el movimiento por los derechos de las minorías -como la gente de color en Estados Unidos manifestándose por los derechos civiles-; el voto de la mujer; la consciencia del medioambiental y la preocupación por los más necesitados. Todos estos son claros ejemplos y sirven para darnos cuenta que son un arma de doble filo para la clase rica y dueña del poder: Por un lado nos dan lo que pedimos, pero les genera temor. Es sólo una reacción en cadena que puede romper su hegemonía de poder y riqueza –de ahí que muchos de estos ricos ‘tire’ parte de sus riquezas en apoyo a los más necesitas-.

Cuando esto parece afectar su democracia, existen otros mecanismos que pueden poner en marcha para mantener en la raya a “los de abajo”. Mencionaré algunos, para ver si les suenan familiares. Es como las estrategias de manipulación mediática.

Si se pierde el control sobre la sociedad, y los movimientos sociales comienzan a hacer de las suyas, el primer paso es contrarrestar estas fuerzas que pueden hacer que todo caiga por su propio peso. La premisa fundamental es cambiar aquellas cosas en las que creen. Después, vienen los efectos económicos.

Te has preguntado ¿Cuánto dependemos de los bancos? ¿Cuándo fue la última vez que compraste algo de contado y no con tu tarjeta de crédito? ¿Cuándo fue la última vez que no compraste algo con tu tarjeta de una tienda departamental? La élite político-empresarial hace que la gente necesite más que lo que tiene a su disposición, más de lo que puede pagar. Es decir, nos mantienen a los trabajadores inseguros de nosotros mismos para controlarlos más fácilmente.

Es entonces cuando la pequeña parte de la población mundial acumula sus riquezas, y lo que ocurra con el resto (los consumidores) deja de preocuparles. ¿Por qué? Sencillo, la mayoría –el vulgo- no va consumir lo que ellos produzcan para mantenerse como súper ricos, no de forma general. Meramente plutonomía y plutocracia. ¿Qué hay del resto? Pasan a ser “precariato”, proletario precario, la gente trabajadora del mundo que vive una vida cada vez más precaria y está relacionada con el país en general. Entiéndase también como forma de control: te mantengo jodido para que no te salgas de tu huevito.

Si aun así el pueblo sigue siendo una piedra en el zapato, se puede atacar a ese rasgo fundamental del ser humano llamado compasión. Entendido también como solidaridad, para los súper ricos, la compasión es muy peligrosa. Se supone que sólo debemos velar por nosotros mismo y no por el resto del mundo. Una gran parte de la población pobre sobrevive de ello, la asistencia del gobierno, las despensas, los productos a bajo costo, y la ayuda de las asociaciones civiles, ataque directo para los más ricos.

Pero no solo basta con tener a la sociedad en ambiente inseguro, precario y con el pie en el pescuezo, también hay que mantener el control de los organismos que pueden afectar los intereses políticos de la élite. Por ello, vemos cada vez más obvio que las instituciones de gobierno o reguladoras son encabezadas por las mismas personas a las que se quiere regular: ¿Por qué deben reunirse los líderes sindicales con los gobiernos? ¿Representan los intereses de los agremiados como deben ser?

Las cámaras sólo representan intereses de los ricos, no de los empleados que tienen estos ricos en sus negocios. En esto radica la mayor parte del freno al crecimiento empresarial del país. Entregar apoyos, de cierta forma hace que ese dinero salga de los bolsillos de la media del país que no tiene un quinto para vivir, para ayudar a comprar los excesos de los súper ricos. ¿Por qué crees que muchos políticos son empresarios? Crean planes económicos para ayudar a los empresarios de problemas financieros que ellos mismos ocasionaron. De esta forma diseñan su política, no debería de tomarnos por sorpresa, esto es lo que sucede cuando ponemos el poder en las manos de un pequeño sector rico y que se dedica solo a crecer su riqueza y poder.

Empresarios, los mecenas de las campañas en México

México y sus campañas políticas no están distantes de las contribuciones que hacen en Estados Unidos los empresarios. Aquí algunos empresarios -por no decir todos- son los que hacen sus promesas de campaña. Sí, prometen apoyarlos para lograr su cometido a cambio de facilidades en trámites, pagos de impuesto y sobre todo permisos para construcción en lugares protegidos.

Aunado a esto, también prometen mantener al vulgo bajo control. Como decíamos anteriormente, mantener a los empleados bajo control, va estrechamente ligado con los sindicatos. En un principio, los sindicatos deberían defender al 99 % de la población y evitar las injusticias que hacen el 1 %. Sin embargo, sus líderes han encontrado una embriagante satisfacción en sus cargos. Representan intereses personales, no a sus agremiados, y a su vez representan los intereses de aquellos a quienes deberían oponerse. Basta con ver sindicatos como el de Pemex y el de los maestros.

Por una parte nos dan en la madre en el trabajo y por otra nos hacen dependientes de consumir. Está muy claro que no hay mejor forma de controlar a la población que sus actitudes y creencias; si puedes fabricar deseos, hacerlos obtener cosas que están dentro de su entendimiento de la vida, quedarán atrapados. Comenzó con el Black Friday en Estados Unidos y ahora México ya tiene su Buen Fin. El público debe ser puesto en su lugar para que quienes toman decisiones lo hagan sin inconvenientes. En otras palabras, hagan a un lado a los niños porque los mayores van a resolver diferencias.

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