Seguramente algún día has sentido que tu jefe es como tu conciencia -lo escuchas y ves por todos lados-, que tu celular se ha empeñado en hacerte el día y no quieres ver o hablar con nadie; cansado, llegas a tu casa y lo último que quieres escuchar son los gritos de tu hijo o saber que hizo algo malo en la escuela y lo suspendieron. Sí, tienes estrés hasta por los codos. Esta enfermedad es conocida como Síndrome de Burnout, aunque muchos prefieren llamarse a sí mismos «Stressaholic».
La sociedad actual es víctima de una enfermedad que ataca poco a poco: el estrés. Según la doctora Mónica Ham, directora adjunta de Salud de AON, el 43 por ciento de la población adulta en México padece estrés laboral.
Pero el problema va más allá. Entre el 10 y 20 por ciento de los niños padecen algún tipo de patología derivada del estrés, ansiedad o depresión. Los principales síntomas, tanto en niños como en adultos, son alteraciones en el estado de ánimo, desmotivación, desinterés, irritabilidad, tedio, falta de concentración y memoria.
Al igual que los adultos, en los niños el estrés se da por lo “laboral”. Sí, yo sé que suena chistoso porque los niños no trabajan en una oficina, pero sí tienen múltiples actividades escolares y las que sus padres le suman. La solución: ambos deben tener tiempo para el esparcimiento.
La diferencia entre los niños y los adultos es que los trastornos son a nivel gástrico o cardiaco, según explica Julio Yunes, experto en manejo de estrés de la Universidad Iberoamericana.
Y por si fuera poco, la psicóloga Esmeralda Yelisse García Ortega, del Instituto Mexicano del Seguro Social, también opina sobre el tema que el estrés puede venir desde el vientre de la madre. ¿De qué forma? Si la madre recibe golpes, gritos o malos tratos, automáticamente los transmite al feto por medio de los neurotransmisores.
Pero, ¿Qué nos dice todo esto? Sencillo, debemos cambiar nuestros hábitos para disminuir los niveles de estrés a los cuales está sometida la sociedad actual.
Heidi Hanna, autora del libro Stressaholic: 5 pasos para transformar tu relación con el estrés, señala que existen diversos hábitos que te pueden permitir evitar contagiarte del estrés de otras personas y relajarte cuando sea necesario.
Uno de los pasos es crear un espacio para pensar con tranquilidad. Es decir, evitar los sitios ruidosos y darnos nuestro tiempo para reflexionar, alejarnos del ruido y reducir así el estrés.
Poner atención a los demás. Es importante dejar de lado nuestro smartphone y no ser phubber. Tratar de dedicar unos minutos a quien tenemos en frente y lograr una mayor concentración.
No imitar a los demás. Nuestro subconsciente puede imitar la rutinaria forma de trabajar de las demás personas y también imitar sus niveles de estrés. Sentir empatía por algo bueno o malo, en este caso.
Relax, don’t do it. Sí, así como lo lees, relájate, no lo hagas. Crea un mecanismo para meditar y reducir el estrés. Puede ser desde hacer yoga, escuchar música instrumental con los ojos cerrados, o como prefiero yo: escuchar jazz en la ducha. Ducharte es una buena opción.
Levántate y camina. Para quienes trabajamos en una oficina, una buena forma de disminuir los niveles de estrés es darle un cambio radical a tu rutina de trabajo. Es recomendable levantarte cada hora de tu silla y dar una vuelta por la oficina, tomar agua y charlar con algún compañero. Seguro que eso romperá con la rutina diaria.
Además, esta medida subirá tu rendimiento laboral. Al estar todo el tiempo sentado tu cerebro recibe menos oxígeno y se dispara una reacción de estrés, lo que también provoca mayor agotamiento.
Pushback tecnológico. Aunque esta recomendación no es de Heidi Hanna, hacer un pushback tecnológico es sinónimo de disminuir los niveles de estrés. Al principio costará un poco de trabajo, pero después verás que tienes tiempo de sobra para hacer más cosas divertidas.
Quizás pienses, si eres empleador, que esto es algo que parece descabellado. Pues no. La Organización Mundial de la Salud considera el estrés como una grave epidemia que afecta al mundo debido a que cinco mil trabajadores mueren por día por enfermedades relacionadas con el trabajo.
Por ello, recomienda a los empleadores, directivos y sindicatos un pequeño manual llamado La organización laboral y el estrés. En él examina la naturaleza del estrés laboral, sus causas y efectos; además, da consejos de cómo prevenirlo y métodos para evaluar y realizar gestión de riesgo. Si te interesa, puedes descargar el documento haciendo clic aquí.
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