¿Nos estamos convirtiendo en una sociedad psicópata? ¿Es bueno tener psicópatas entre nosotros? Algunos actos delictivos que he analizado en la entidad me hicieron reflexionar estas dos preguntas.
¿Qué mueve a un ser humano a asesinar a otro?
Es lamentable afirmar que tal vez ya no sentimos culpa sobre quitarle la vida a un ser humano o un animal, que normalizamos cada vez más los ataques de violencia a mujeres, niños o adultos mayores. No sentimos remordimiento por infringir la ley, incluso «en pos de la justicia».
¿Somos entonces cada vez más psicópatas? Porque los psicópatas tienen una total falta de empatía, culpa o remordimiento. Además, una tendencia a “cosificar” a las personas u otros seres vivos, y la continua violación de los derechos y normas sociales.
Vemos cómo es más recurrente la publicación de notas informativas sobre asesinatos a sangre fría y eso sólo de los que nos damos cuenta. Debemos reconocer que también hay la desaparición forzada, de las cuales nos damos cuenta hasta que descubren años después las fosas clandestinas.
Vivimos una falsa realidad basada en el de hedonismo, llena de miedo, donde se aparenta otra cosa en redes sociales; vivimos con la zozobra de ser asaltado, bajo la resignación y con sentencias normalizadoras y resignadoras como “si te asaltan, no pongas resistencia”, “lo material va y viene”, “Al violador no le excita que cooperes”.
Hace décadas que comenzamos a normalizar la incertidumbre de ser asesinado, ser asaltado, a sufrir un robo a casa habitación y ver ejecuciones en las calles. Y eso, lamento decirlo, pero es psicopatía.
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