El diccionario no se puede censurar ni hacer políticamente correcto. El diccionario recoge el léxico y en él deben estar todas las palabras que existen, los que son sexistas al utilizar determinadas palabras son los hablantes. Yo no tengo obligación de usar todas las palabras que están en el diccionario y que son políticamente incorrectas.
Hay que cuidar nuestras palabras, debe ser una manera habitual de hablar hacia los demás. Si alguien cuida sus palabras no incurrirá en un lenguaje ofensivo y políticamente incorrecto. Pero esto no quiere decir esas palabras para insultar existan, en el diccionario no se puede censurar, en el diccionario tienen que aparecer también los insultos, porque esas palabras tienen existencia y hay personas que las usan. El hecho de que aparezcan en el diccionario no significa que sean promovidas.
No hay que confundir el lenguaje sexista con la gramática. En español, el masculino es inclusivo. Cuando se dice «los ciudadanos» no se está excluyendo a las ciudadanas. Hay otras lenguas en donde el género inclusivo es el femenino.
Es importante diferenciar entre estas dos cosas. Hay un sexismo léxico, palabras ofensivas, que eso depende de cada uno de nosotros, usarlas o no. Luego está la estructura gramatical del idioma. Si nos dirigimos a una audiencia con «miembros y miembras» estamos inmediatamente reclamando que los brazos se les llame miembros y las piernas se les llame miembras, y a partir de ahí empieza una cadena de modificaciones que alteran la estructura profunda de la gramática española.
Declaración de Darío Villanueva, catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela y director de la Real Academia Española (RAE) desde 2014 hasta 2018.
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