Ser el primero en llegar al trabajo, ser el primero en terminar las tareas, ser el empleado del mes, tener al top de la lista todo lo que hacemos. Es así como nos han hecho pensar a determinadas personas. ¿A qué se debe esto? Es lo que nos ha dictado actualmente la sociedad y nos ha hecho creer que todos debemos ser el número 1 en todo. Algo verdaderamente imposible, también existe la posición 2, 3 y 4 en la lista.
Pero, ¿Qué estamos metiendo en la cabeza de los niños que no dan la talla?
Es necesario establecer metas individuales que nazcan de los intereses de cada individuo para que llegue a ser el mejor en su ámbito y en su persona.
Por ejemplo, recuerdo que en la secundaria me obligaban a jugar futbol, pese a que yo era pésimo en ese deporte. Es una meta que no está dentro de mis intereses: ser un jugador profesional o el goleador número 1 de mi generación. ¡Qué bueno que haya quien se metió esos ideales en la cabeza y ahora esté viviendo de ello! Pues de esos jóvenes están llenas las ligas de fútbol.

De ahí viene la mayoría de las frustraciones de las generaciones más jóvenes y, me atrevo a decir, que en ello radica también la alta tasa de suicidios. De acuerdo con el INEGI, la tasa de suicidios en México más alta está entre los 20 y 29 años. Las causas son problemas familiares, amorosos, depresión y ansiedad. A mi forma de ver las cosas, una de las razones por las cuales una persona entra en depresión es sin duda en no cumplir con los altos estándares de su familia o los ideales para los que cree que fue concebido.
Debemos respetar la idea que cada uno de nosotros tiene sobre ¿cuáles son nuestras prioridades para ser el número 1 en algo? Cada vez que escucho a las personas decir «es que estas nuevas generaciones nacieron sin un propósito….», refiriéndose a que son maleducados y carecen de orientación en la vida, me doy cuenta que es debido a que es lo que les han enseñado en sus hogares. La razón es muy sencilla: si un joven hace algo mal y no se le reprende, indirectamente está aprendiendo que está bien lo que hace.
Dicen que el primer hijo es siempre el más presionado por los padres, el resto sencillamente es ayudado y consentido lo más posible. ¿Cómo pretenden que estos hijos, a los que se les da todo, tengan un propósito en la vida?, ¿Cómo pretenden que se motiven por buscar un trabajo si desde muy jóvenes lo tienen todo?, es decir, para qué buscan un trabajo si ya lo tienen todo: casa, juegos, comida, y comodidades.
Las nuevas tecnologías nos consumen indudablemente la mayor parte del tiempo y hemos dejado de lado los hobbies. Tal vez es esto lo que les hace falta. Una motivación intrínseca, acciones que hagamos por la mera satisfacción de hacerlas, sin necesidad de un incentivo externo. Las hay de disfrute y con obligación.
Hay que tener mucho cuidado en no hacer que nuestros hobbies se conviertan en algo fuera de esa motivación intrínseca. Es decir, si como hobbie tenemos ir al gimnasio, evitar que sea por aceptación social; si leemos, que sea por placer, etc.
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