La coma es uno de los signos de puntuación más usados dentro de un texto, sea formal o informal. Por ello, es de vital importancia -aunque por dentro estés riendo quedito- aprender a usarla para escribir lo que realmente estamos pensando y como lo estamos pensando.
Viene a la memoria una anécdota donde el uso de la coma era vital -literal- para ejecutar las condenas. Se dice que Carlos V revisaba cada día las resoluciones de la Justicia y daba su visto bueno a las mismas. Para ello utilizaba una sola frase: “Perdón, imposible ejecutar condena” –ello, por la mañana-; por la tarde las revisaba nuevamente y, si lo creía conveniente, cambiaba de sitio la coma: “Perdón imposible, ejecutar condena”.
Pues bien, la coma tiene siete usos básicos dentro de un párrafo. El primero es separar elementos dentro de una serie, sean palabras, frases u oraciones. Sin embargo, la excepción a la regla es sólo para el último elemento que va unido por una conjunción como “y”, “o” y “ni”.
Ejemplo:
“La mujer compró un vestido, unas sandalias, unos lentes de sol y una toalla. Todo estaba listo para su paseo por la playa”
El segundo uso de la coma es separar elementos de carácter incidental dentro de las oraciones. Los elementos de carácter incidental son aquellos que se intercalan en una oración con un sentido explicativo y que, en el escrito, se colocan entre comas, rayas o paréntesis. En este caso, nos referimos a aquellos elementos que se separan con comas.
Ejemplo:
“Yo, si me lo propongo, paso el examen con cero errores”
En las cartas, listas u otros documentos, donde es necesario poner fechas, nombres o lugares, la coma también juega un papel importante. Es así que el tercer uso de la coma es para separar este tipo de sustantivos.
Así tenemos primero las ciudades y los estados, “Colima, Colima, México”; Después los nombres en orden invertido cuando forman parte de una lista. “Castillo Ochoa, Luis Fernando”, y por último el lugar y fecha, “Colima, Col., 1 de septiembre de 2014”.
El cuarto uso de la coma es entre reiterativas que dan fuerza o enfatizan la oración dentro del párrafo. Las palabras reiterativas son aquellas que expresan o denotan una acción que se repite. Por ejemplo: “Todo placer quiere eternidad, quiere profunda, profunda eternidad”.
La coma tiene también la función de encerrar expresiones ilativas o aclaratorias. Este es su quinto uso. Las expresiones ilativas expresan y establecen ilación o consecuencia lógica a la oración principal, a la cual pertenecen. De la misma manera, las expresiones aclaratorias sirven como aclaración de la oración principal. Por ejemplo: “Los cantantes expresas sus sentimientos en sus canciones, es decir, escriben sus sentimientos”.
Las expresiones ilativas o aclaratorias más usadas son las siguientes: además, pues, por consiguiente, asimismo, en consecuencia, sin duda, no obstante, sin embargo, por otra parte, en fin, esto es, o sea, es decir, y otros similares.
La coma también auxilia al escritor en la omisión de un verbo, es decir, cuando no se desea repetir el verbo dentro de la misma oración, º es inevitable, puede usarse la coma.
Así tenemos el siguiente ejemplo:
“Mi amor hacia ella era inmenso; el odio, todo lo contrario”.
En este ejemplo vemos como evitamos repetir el verbo “ser” en copretérito. Si prescindiéramos de la coma la oración con el verbo ser en copretérito sería la siguiente: “Mi amor hacia ella era inmenso; el odio era todo lo contrario”.
El séptimo y último de los usos básicos de la coma dentro de un texto es para reemplazar una conjunción o frase casual. Las conjunciones son aquellas palabras utilizadas para unir una o más partes de una oración o dos o más oraciones. Las conjunciones pueden ser coordinantes, cuando une elementos que tienen el mismo rango sintáctico, o subordinantes, cuando unen una oración principal con una subordinante. Así, tenemos que “y”, “o” y “ni” son conjunciones coordinantes, y “porque” y “aunque”, subordinantes.
Ejemplo:
“Apresúrate, no queda tiempo para pensar”.
En este caso la coma sustituyó a la conjunción subordinante “porque”.
“Apresúrate, (porque) no queda tiempo para pensar”.
Dentro del paréntesis, y a un lado de la coma, ubicamos la conjunción -sea de tipo coordinante o subordinante- para apreciar cómo es posible sustituirla.
Básicamente estos son los usos más frecuentes de la coma dentro de un texto. Para expresar de forma acertada lo que deseamos es importante usar correctamente los signos de puntuación. Quizás al principio parezca un poco complicado debido a que la mayoría confunde las pausas que hacen al hablar con el uso de la coma. Este es un ejercicio incorrecto debido a que, si eres una persona que hace demasiadas pausas para leer una oración, intentarás poner una coma entre cada palabra. Y esto lleva, comúnmente, a usar la coma para separar el sujeto del resto de la oración (Pedro, había hecho su tarea con mucha delicadeza). Jamás, léelo una o más veces, jamás se hace.
También es importante aclarar que en este espacio de redacción hablamos estrictamente de las reglas que nos presenta la Real Academia Española (RAE), que es quien dicta la forma en la que los hispanohablantes debemos usar adecuadamente el español, y se trata de explicarlas para su fácil comprensión. Es decir, no hablamos del estilo de ciertos escritores, que gozan de fama, o del uso -muchas veces erróneo- que algunos medios de comunicación hacen de este y otros signos de puntuación o uso de mayúsculas -comúnmente-. Si nos justificamos diciendo “es que Ildefonso Falcones lo usa así” o “Reforma usa así este signo de puntuación” caeríamos en el esnobismo y es algo que tratamos de evitar la mayoría de quienes editamos textos.
En próximas entregas hablaremos de los otros signos de puntuación, como el punto (.), el punto y coma (;), los dos puntos (:), los puntos suspensivos (…) y otros signos auxiliares. Si tienes alguna duda sobre algún tema relacionado con ortografía puedes enviar un correo electrónico a fernando_castillo@ucol.mx y con gusto hablaremos al respecto.
*Editor y egresado de la Licenciatura en Lingüística por la Facultad de Letras y Comunicación
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