Inmortal

Abril. Veo una luz que me avisa que es hora de despertar. Te imagino despierta a mi lado, despidiendo mis recuerdos en una ola de sol que salta en este gélido paisaje.

Tú me das la espalda mientras yo admiro el resplandor. Cuando los rayos de sol tocan tu cara, te acurrucas, haces un gesto y te giras hacia mí. Ahora posas tu nariz en mi pecho y dejas salir tu aliento. Casi puedo saborear su esencia cobriza, residuos de tu degustación nocturna.

Es en este instante cuando viene a mi memoria el fragmento de un poema que leí, o escuché, hace ya mucho tiempo:

“Despierta, cavidad vacía en mí. Sí, te hablo a ti hueco de recuerdos, ese donde hace meses latía la vida de mi alma. Despierta y regrésame a la vida, devuelve eso que antes llamabas hemoglobina circulante, regresa esa sensación espásmica a mi pecho…”

Sin embargo, ahora no veo diferencia alguna. Era todo eso una mentira, cuentos sobre barcos de papel en una corriente vertiginosa de agua. Mentiras que una vez fueron una verdad absoluta para mí. Una idea que daba “sentido” a mi vida.

Si ya no está esa verdad absoluta, ¿No existo entonces? ¿Estoy vivo o estoy muerto?

Soy ahora inmortal sólo un cuerpo vacío sobre la faz de la tierra ¿Una abominación acaso?

Post data: Algún día

“En inevitable no sentir dolor cuando veo cómo destrozas mi alma frente a tus víctimas; no puedo dejar de pensar en lo que tus labios, tu boca y tu ser pueden infringir a mi cuerpo (…) Es tu estilo de sobrellevar esta pesadilla inhumana, lo sé, y espero algún día formar parte de ese estilo”, reza otra parte del poema.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Blog de WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: