Dejé de escribir porque muchos de mis actos son impuros y no me atrevo a escribirlos. Tal vez no me atrevo a describirlos tal cual sucedieron. Debería morir en este instante; no tengo derecho a hacer lo que hago…
Desearía jamás haber salido de mi casa aquella noche que pasó todo. Desearía no existir, ser nada y nadie en este mundo. Mis padres estarían decepcionados de mí…
El apetito me gana a cada instante, necesito saciar esta sed de sangre que me quema por dentro. Necesito aliviar este dolor en mi tracto, que me obliga a comer sin control.
Necesito, como no tienes una idea, matar y devorar la sangre caliente de un cuerpo fresco, joven, hombre o mujer, la verdad no importa el género mientras termine con esta lenta agonía.
(Publicado el martes 8 de septiembre de 2009)
Deja una respuesta