
A veces no hay nada qué decir y aunque las palabras griten desesperadas, sin la inspiración necesaria, no sirven en absoluto…
No recuerdo la primera vez que escribí. Desde siempre he sentido la necesidad de hacerlo. Hay muchas historias que se entretejen en mi cabeza, muy pocas logran escapar y filtrarse en este plano del universo. Al principio sólo terminaban almacenadas o en algún cuaderno… ahora han decidido escapar.
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