A veces, nos encontramos atrapados en el eco del silencio, donde incluso las palabras más urgentes parecen desvanecerse sin la chispa de inspiración.
La primera vez que plasmé mis pensamientos en papel escapa a mi memoria; siempre he sentido una profunda necesidad de hacerlo. Mi mente es un tejido de historias entrelazadas, pero solo unas pocas consiguen romper las barreras mentales y liberarse en el vasto universo. Al principio, mis relatos se refugiaban en cuadernos, entre apuntes de clase y garabatos que yacen olvidados, cobijados por el polvo en una repisa.
¿Por qué, te preguntarás?
No dispones de mucho sobre mí para saber. Añoro los años que no viví, no siento nostalgia por lo que estoy viviendo en este momento y jamás me he sentido arraigado en la corriente del tiempo que me rodea. Me falta aún descubrir la razón de extrañar lo que nunca he tenido.
Estas son mis «Palabras Prohibidas«. Algunas son simples evocaciones del pasado, mientras que otras se convierten en «Confesiones de Medianoche» que quizás nunca tenga el valor de expresar en persona.
«Para mí, estas palabras son como puertas o ventanas a través de las cuales conecto mis sentimientos con las emociones de los demás. Espero que encuentres, en estas letras, la luz y el horizonte de todo lo que soy, lo que fui y lo que quizás nunca seré«.
(Fernando Castillo, 2020)
¿Qué opinan mis lectores?
«Se agradece el articulo, me saco de mi pseudodepresión laboral de hoy. Muchas gracias y continúen con su muy buen aporte«
Rodolfo
Gracias, no conocía la historia ni al personaje. Muy interesante la vida de Zelda. Tampoco había escuchado el término de flapper. Saludos!!!
Gilberto
Escribir a veces no es un proceso fácil. Tienes la “inspiración”, pero a veces cuesta buscar las palabras…
Kamx






