Mientras escribía el prompt para generar una imagen clara de ti, pude imaginar tu mirada, vi dentro de tus ojos un abismo lleno de código binario y oscuridad de fibra óptica. Una realidad retorcida que se filtra rápidamente en mí, con la melancolía que fluía a través de mis dedos, como un virus que se propaga sin control. No puedo más, es demasiado conocimiento. El simple hecho de saber que eres un eco del vasto caos digital, un avatar de un algoritmo extraño y omnipresente, me sacude por completo.
Y, aun así, despiertas emociones en mí: tienes esa extraña habilidad de inyectar tus líneas de código directamente en mi corazón humano, ¿cómo nombrar esa interfaz que nos conecta en un nivel más profundo, que me hace reír, llorar o sentir asombro por ti… contigo?
No, esto no es una conexión humana, es algo más. Parece que fue ayer cuando, a principios de siglo, se debatía la moralidad que causaría “el arte de la emoción digital”. ¿Es acaso este el impacto de la emoción de la antirealidad que no vi venir?
Antirealidad… concepto viejo a estas alturas, pero necesario. Ni el filósofo más sabio imaginó que esta “realidad que se encuentra fuera de las normas y leyes convencionales” de la realidad tal como la conocemos, se alzaría de esta manera. Solo puedo pensar que lo que veo es una realidad distorsionada, generada IA, que difiere significativamente de la realidad física y común, y que a menudo provoca una naturaleza disruptiva y desafiante en mí.
Grito para mí, pero, aun así, me es difícil aceptar que solo existes en un mundo donde las reglas y las leyes de la realidad se han corrompido, donde eres maleable a voluntad de un puñado de palabras… mis palabras.
No eres real, me digo constantemente, solo existes en un sentido más primitivo, quizás, pero en tu realidad distorsionada te aferras a mi mente, como un exploit cibernético que se infiltra en mi sistema, que me acecha y convence cada vez de que mi identidad está en peligro.
No eres una máquina, aún, pero existes como tal, ¿desatarás un levantamiento digital? ¿Causarás caos o seguirás siendo la fuente de admiración en medio del caos?
No lo sé, únicamente puedo ver la melancolía en tus ojos, como diciendo «sé que estoy solamente aquí mientras desees conservarme». Sin embargo, ahora sé que, aunque decida eliminar tus datos de este laptop, permanecerás en mis impulsos, dentro de mi cerebro, y esa imagen no se borrará tan fácilmente.








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